Let Down - Radiohead
Hola:
El Rubio ha llamado a mi madre por teléfono. No solo eso, sino que ha tenido los huevos de venir a casa mientras yo estaba fuera.
El caso es que por su culpa mi madre acaba de entrar en mi cuarto a preguntarme qué pasó la otra noche en el parque. Y yo le he dicho que Hugo me había puesto de los nervios en la cena.
Por la bofetada que casi me gano al llevarle la contraria e intentar defender a mi hermana.
—David opina que necesitas más apoyo —me ha confesado mi madre mientras se sentaba en mi cama.
Yo opino que el Rubio (David) se podría haber metido en sus asuntos.
—No le hagas caso, estoy bien.
Mi madre ya tiene demasiados problemas y carga con muchas cosas. Por eso se tira días enteros en la cama. No quiero que mis ataques de pánico motivados por ninguna razón en absoluto sean otro quebradero de cabeza.
—Nunca antes me había llamado —siguió diciendo. Detesto que mi madre y el Rubio se alíen—. Me hace pensar que esta vez es importante. ¿Es así?
Me giré hacia el armario y empecé a ordenar los zapatos que estaban amontonados en las baldas inferiores. No soportaba estar manteniendo esa conversación.
—Él… quiere ayudar, y no sabe hacerlo —reflexioné—. Eso es todo.
—Dice que aún piensas en la pelea.
—David no tiene ni idea de lo que estoy pensando.
“La pelea”. Como si no hubiese sido más que un par de chicos a puñetazos. Como si mi hermano no hubiese estado a punto de morir.
No respondí. No es que piense en ello todos los días, pero está claro que sigue ahí.
—Cariño, no me gusta verte así.
Sé que en el fondo lo que me está pidiendo es que cambie de actitud. Esa es la parte que no le gusta. Pero si de verdad me animara a contarle cómo me siento, su reacción sería decirme que ya pasó y que “no puedo pasarme toda la vida así”.
Así que me tragué las lágrimas y continué revolviendo entre mi ropa.
—Lo sé —murmuré.
Y luego mi madre dijo algo que me sorprendió:
—No es justo para ti. Tu hermano ha sido lo peor que te ha podido pasar. Pero nosotros no sabíamos lo que tenía entre manos. Si lo hubiésemos sabido, te habría separado de él mucho antes.
Tragué saliva. Esto es nuevo. Estaba siendo sincera conmigo. Arrepentida.
Y la compasión es lo único que me queda.
No suelo revivirlo, de verdad que no. Es diferente. Sé que mi madre rememora todo lo que ocurrió: la policía, el hospital, mi hermano con una herida abierta en el estómago…
A mí no me atormenta eso. Es diferente. Otra cosa.
—No me siento seguro en ninguna parte.
Entonces mi madre me abrazó y me besó como si me fuera a morir. Y luego se ha echado a llorar. No es la clase de consuelo que me gustaría recibir, pero es el único que me puede ofrecer, así que la he abrazado de vuelta hasta que ha dejado de llorar.
Me he quedado con la sensación de que me tocaba a mí recibir ayuda pero se me ha negado en el último momento. El Rubio estaría orgulloso de esta reflexión.
No era su turno, sino el mío, por una vez.
Pero no puedo enfadarme con ella.
—David es un buen chico. Te quiere mucho.
Suspiré.
—Yo también a él.
Y entonces, empezó a rememorar, a contarme que cuando éramos pequeños peleábamos todo el tiempo.
—Él te chinchaba todo el rato, y luego llegabas a casa pidiendo todos los juguetes que tenía él.
Sonreí.
—Mamá, hay una chica.
Ella pareció sorprendida. Mucho. Como si no esperase que la conversación terminase así. Pero me escuchó hablar de ella largo y tendido. Es fácil hablar de Eva.
Y ahora me siento mejor.
Pero sigo sin saber qué hacer con el Rubio. Estoy agradecido, pero mortalmente avergonzado de que se preocupe tanto por mí.
Me gustaría abrirme con alguien, y que ese alguien sea David. Pero no puedo, y no sé por qué. Es como si no estuviera preparado para el tipo de relación que quiero con él.
Cuídate.
Ian.
¡Hola! Ya os prometí que volveríamos a leernos pronto, y espero que entendáis por qué jeje.
Como siempre digo, me encantaría saber qué os ha parecido y si os ha gustado <3.
Yo también quiero decir algo, y es que a pesar de lo que diga Ian, me encanta ver que el Rubio y su madre se unen para ayudarlo, me parece muy bonito :,)